sábado, 12 de junio de 2010

Hola.

Hay días en los que me siento tan llena de odio, o de irritabilidad. No se si es normal. Creo que es la constante represión de los sentimientos y esas chorradas.

Hoy casi choqué dos veces por esto del mal humor. Mi mamá me dijo que soy una histérica al manejar, pero yo sigo insistiendo que las personas que iban delante de mi no sabían manejar. Y es cierto, una de ellas frenó de golpe en la autopista y casi me doy un tortazo. Al rato, la misma persona, a quien yo intenté pasar como cien veces pero se atravesaba TODO el tiempo y además era exageradamente lenta, no puso una luz de cruce y casi me la llevo por delante. Estoy harta de los malos conductores en esta ciudad. O aprendes a manejar, o dejas que otro lo haga, porque yo no pienso calarme otra vez estos intentos de choque.

Releyendo mis últimas entradas empiezo a creer que voy a terminar dependiente de calmantes o de antidepresivos.
Me estoy poniendo intensa, mejor lo dejo hasta ahí y hablo de algo chévere.

Anoche tuvimos una de estas reuniones épicas. Comenzamos la noche con ron y vodka. Llámese vodka a la Smirnoff Ice, que ninguno de los presentes tomaba desde hacía muchísimo tiempo. Las mujeres nos aburrimos, estos abominables hombres conversando únicamente de fútbol no eran entretenidos, y eso que a mi me gusta el fútbol. La diversión comenzó cuando decidimos jugar Circle of Death (googléalo). Abrimos la botella de sidra que aparentemente sabía a Yukery, pero todo con tal de beber. El juego se volvió un desastre, una amiga de la nada me empezó a hablar en inglés y a enseñarme el baile del Waka Waka de Shakira, de modo que después todo el mundo se lo aprendió y se unió al juego de Circle of Death.

Recuerdo que bailábamos el Waka Waka en el balcón, al mismo tiempo que otro amigo rompía una lata de cerveza con los dientes y nos inundaba a TODOS. Grave. Todo el mundo se puso a hablar en inglés, tanto así que establecimos una regla en Circle of Death, que quien hablara español debía beber. Hay voicenotes de BB de esos momentos intensos. La cosa se volvió heavy y nos lanzamos a bailar en la biblioteca/estudio/sala de televisión, y entonces hizo acto de presencia... LA YUMI. Iniciamos a dos personas más que no habían estado la semana anterior con sus pussy-shots. Todo un acontecimiento. Recuerdo luego haber intentado estrangular a un amigo, además de conversaciones sobre cosas inapropiadas que hacen niños de primaria hoy en día y un poema nasty XXX que ha causado revuelo en mi colegio. Ahí fue cuando invadió el cansancio y decidimos irnos.

Estas reuniones épicas, estas Peas Thompson como diría Arrieche, presiento que están a punto de convertirse en Skins parties. Dios no lo permita, no necesito verme involucrada con sustancias psicotrópicas. La semana pasada un amigo me contó que estuvo en una fiesta en una casa enorme y en la mesa central había una bandeja de plata con las líneas de cocaína ya listas. Shocking shiz. Asco.

Espero que no pasen de esto. No necesito que otro órgano aparte de mi hígado empiece a morir.
Farewell.

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